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La torre del Homenaje fue declarada Monumento Histórico-Artístico el 22 de abril de 1949.
Todas las parroquias, fuera de Vilarmeao, formaban parte de la jurisdicción de Viana do Bolo, cuyo señorío correspondía al rey. Con la formación a principios del siglo XIX de los primeros ayuntamientos, aparecen aquí cuatro municipios: Grixoa, Rubiais, Solveira y Viana do Bolo, pero en 1836 todos se integraron en el de Viana do Bolo.
La villa de Viana do Bolo, con su pintoresco y singular emplazamiento, es un buen punto de partida para iniciar un recorrido por la comarca. Ocupa un pequeño promontorio, rodeado por uno de los brazos del embalse de Bao y coronado por los restos de la antigua fortaleza medieval.
Alrededor de la plaza Mayor gira la vida de los habitantes de esta villa. Edificios barrocos con soportales, un frontón semicircular, pináculos, gárgolas y balconadas coexisten con nobles galerías acristaladas y su fuente, conocida como "el Pilón", un monumento que se levantó para conmemorar el alzamiento liberal liderado por Antonio Rodríguez Bordás que tuvo lugar en la villa en el mes de octubre de 1830, que fue ahorcado con la ejecución en la plaza de los protagonistas de la revuelta.
La comarca de Viana do Bolo cuenta con numerosas iglesias de origen románico y gran riqueza arquitectónica. Destacan las iglesias de Bembibre, Grixoa y San Cibrao. Brilla con luz propia la iglesia del Pai Eterno, un santuario neoclásico del siglo XVII donde se celebra anualmente, en el día de la Trinidad, una famosa romería popular. También cabe destacar la Iglesia Parroquial de Viana, que conserva restos románicos en sus ventanas, de doble arco de herradura, con clara influencia mozárabe.
En cuanto a la arquitectura civil, los pazos constituyen una interesante representación del arte y de la historia del municipio. Entre los más representativos se encuentran el Pazo de Umoso (del siglo XVIII, que conserva un patio interior, representativo de la cultura paciega ourensana), el Pazo de Fradelo, el Pazo de Punxeiro y el Pazo de Grixoa, escenario de una de las novelas de Eduardo Blanco Amor.
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La torre del Homenaje fue declarada Monumento Histórico-Artístico el 22 de abril de 1949.
Todas las parroquias, fuera de Vilarmeao, formaban parte de la jurisdicción de Viana do Bolo, cuyo señorío correspondía al rey. Con la formación a principios del siglo XIX de los primeros ayuntamientos, aparecen aquí cuatro municipios: Grixoa, Rubiais, Solveira y Viana do Bolo, pero en 1836 todos se integraron en el de Viana do Bolo.
La villa de Viana do Bolo, con su pintoresco y singular emplazamiento, es un buen punto de partida para iniciar un recorrido por la comarca. Ocupa un pequeño promontorio, rodeado por uno de los brazos del embalse de Bao y coronado por los restos de la antigua fortaleza medieval.
Alrededor de la plaza Mayor gira la vida de los habitantes de esta villa. Edificios barrocos con soportales, un frontón semicircular, pináculos, gárgolas y balconadas coexisten con nobles galerías acristaladas y su fuente, conocida como "el Pilón", un monumento que se levantó para conmemorar el alzamiento liberal liderado por Antonio Rodríguez Bordás que tuvo lugar en la villa en el mes de octubre de 1830, que fue ahorcado con la ejecución en la plaza de los protagonistas de la revuelta.
La comarca de Viana do Bolo cuenta con numerosas iglesias de origen románico y gran riqueza arquitectónica. Destacan las iglesias de Bembibre, Grixoa y San Cibrao. Brilla con luz propia la iglesia del Pai Eterno, un santuario neoclásico del siglo XVII donde se celebra anualmente, en el día de la Trinidad, una famosa romería popular. También cabe destacar la Iglesia Parroquial de Viana, que conserva restos románicos en sus ventanas, de doble arco de herradura, con clara influencia mozárabe.
En cuanto a la arquitectura civil, los pazos constituyen una interesante representación del arte y de la historia del municipio. Entre los más representativos se encuentran el Pazo de Umoso (del siglo XVIII, que conserva un patio interior, representativo de la cultura paciega ourensana), el Pazo de Fradelo, el Pazo de Punxeiro y el Pazo de Grixoa, escenario de una de las novelas de Eduardo Blanco Amor.