Este pequeño templo de estilo barroco tiene su origen en un patrocinio señorial, como evidencia el balcón interior de acceso restringido que presenta en su muro sur. La familia noble que financió su construcción, de forma total o parcial -no lo sabemos-, quería distinguirse entre los feligreses, por eso reservó para sí un lugar destacado en el interior del altar mayor.
Nobles son también algunos de los enterramientos monumentales que se conservan en el atrio.
La imagen de mayor valor artístico es la talla de un Cristo articulado que se conserva en una urna de cristal. El viernes santo la imagen sale en procesión y, en la plaza de la villa, protagoniza el pasaje del desenclavo.
“El pueblo de Viana siente gran devoción por la Virgen de la Soledad, que se venera en la capilla del mismo nombre, enclavada en lo alto del pueblo. Existe además un dato curioso sobre ella. En un documento del año 1625, cuya transcripción fue hecha por el notario de la villa, don Urbano Vila Yáñez, abuelo mío, y cuyo documento se halla actualmente en el obispado de Astorga, afirmado por doctores, bachilleres y licenciados de aquella época, se daba fe por medio de un acta, conforme el bendito Cristo que lleva en sus brazos la Virgen de la Soledad, sudó sangre durante la misa celebrada el día 5 de diciembre del año 1625”.
María del Rosario Castells Vila
“La comarca natural de Viana del Bollo”,
A Coruña (1967)