“La iglesia es de buena arquitectura y tiene una capilla mayor, cuyo patronato corresponde a la Casa de los Amestos que es una de las más antiguas del país”. Así se refería a este templo Vicente Risco en 1936. En el interior conserva dos escudos labrados en granito.
De origen románico (quizás del s. XIII) las trazas medievales se hacen visibles únicamente en la portada principal, donde destaca una triple arquivolta que se apoya en jambas cortadas en arista. La más exterior finaliza en una chambrana con tres líneas de tacos. Sobre la puerta, un rosetón de tracería de calidad modesta.
El acceso a la torre, muy degradado a causa de la construcción del camposanto, se realiza por medio de una puerta estrecha protegida por un arco sin ornamentos de medio punto.
El interior conserva un fabuloso retablo mayor de estilo barroco de mediados del siglo XVIII divido en tres calles por columnas salomónicas. En el centro destaca una imagen sedente de San Pedro coronado por una tiara.
El templo pudo pertenecer al monasterio de Ecclesiola (forma medieval de Grixoa), al que se refiere un documento de 1075 del rey Alfonso VI y su doña Constanza por lo que restituyen a la Diócesis de Astorga varias posesiones, entre ellas “aliud monasterium quod vocitant Ecclesiola”.
“...Mi tía viuda doña Arminda,
en las tierras altas de Grixoa do
Bolo, lo tenía de criado, entre trasgo
y bufón, y volvía por él cuando le
llegaban las quejas, casi siempre a causa de las risadas a destiempo...”