IGLESIA DE SANTA MARÍA DE PEXEIROS

El templo parroquial, de estilo barroco popular, tiene planta en forma de cruz latina y la clásica orientación Este-Oeste. Erguida en un atrio situado en el centro de la aldea, presenta nave única de suelo en pendiente (algo muy infrecuente) y un ábside sobreelevado
protegido por una cubierta a cuatro aguas.
 
Una escalera exterior, labrada en fina cantería, da acceso a la espadaña, de aspecto fuerte y sólido. Su cuerpo principal acoge dos campanas bajo un par de arcos de medio punto separados de las jambas por medio de impuestas. Corona el conjunto un sólido frontón triangular flanqueado por pináculos piramidales finalizados en bola que aún conserva dos mechinales (vanos situados en la pared que sirvieron para introducir vigas de madera para
formar parte de un andamio o cimbra).

En el conjunto del edificio destaca el valor decorativo de determinados elementos (la baranda de la escalinata exterior, alguna ventana saetera...), pero sobre todo el de la puerta de acceso principal. Esta destaca por sus jambas y arco de medio punto estriados, pero fundamentalmente por los círculos decorativos (flores y motivos decorativos insertados en un círculo) que adornan el espacio ubicado entre el arco y la chambrana (la moldura que perfila el exterior del arco).
 
El interior del templo está protegido por un magnífico artesonado de madera que acoge en el interior del ábside un magnífico retablo barroco dividido en tres calles por medio de columnas salomónicas decoradas con pámpanos y racimos. En el centro de la composición una imagen contemporánea de la coronación de la Virgen tallada según el gusto de la época: gesto diagonal para imprimir dinamismo y teatralidad a la escena, ropas voladas para jugar con el
claro-oscuro, corona metálica real para enfatizar el realismo de la imagen, etc. En el ático del retablo la representación de la crucifixión –con Jerusalén amurallado al fondo– y, coronando el conjunto escultórico, el Espíritu Santo en forma de paloma rodeado de un nimbo radiante.