El templo de Santo Adrao es un ejemplo notable de barroco rural. De planta en forma de cruz latina, se localiza al norte de la aldea, en un mirador natural sobre el valle del río Camba. Presenta una nave de grandes proporciones y tuvo a su lado la casa rectoral, hoy en ruinas.
Su frontispicio centra la decoración en la puerta de acceso principal, decorada con orejeras y flanqueada por pilastras cajeadas que soportan un entablamento clásico. Sobre él un tímpano semicircular partido que aparece decorado con pináculos y perforado por un óculo de derrame externo que se corona por una clave labrada con cartela oval, corona, esfera y cruz sin figuración.
Corona la composición una espadaña de doble hueco a base de arcos de medio punto peraltados que soportan un frontón en forma de cortina bordeado por unos originales pináculos piramidales finalizados en bola.
En el interior sorprende el retablo del altar mayor, organizado en tres calles más ático. Entrantes, salientes, luces y sombras ofrecen una imagen de dinamismo y movimiento propios del estilo barroco.
La hornacina principal acoge la imagen del santo titular (vestido segundo la moda de la época) con una espada en la mano derecha y una llave (hoy perdida) en la izquierda que alude a su condición de patrón de los carceleros.
Otra de las joyas del templo son los retablos laterales –del mismo estilo que el principal– nombradamente los ángeles desnudos que decoran el banco, las entrecalles y el guardapolvo. El naturalismo y la expresividad de sus posturas diagonales llenan esta arquitectura en madera de sentimiento y viveza. A destacar los ángeles músicos, con violas y guitarras íntegramente doradas.
HADRIÁN O ADRAO
Era el nombre por el que eran llamados los nacidos en la localidad de Adria o Hadria, antiguo puerto en el mar Adriático (mar que coge de ahí su nombre). Se hizo popular a partir del emperador romano Hadriano, en el séc. II. El San Adrián –Adrao en la forma local– que se celebra el 8 de septiembre fue un oficial romano de la guardia pretoriana del emperador Galerio, en el s. III-IV, elegido César de Oriente por Diocleciano en el año 293, que se pasó del lado de los cristianos, martirizado en el año 303 en Nicomedia, en tiempos del emperador Maximiano.