Se conserva un documento del año 916 en el que Ansuri, obispo de Ourense, junto con el obispo de Astorga San Genadio y el rey Ordoño II, confirman una propiedad del monasterio de San Cibrán de Pinza. En tiempos del rey Afonso VI y su mujer Constanza, otro documento cita el “monasterium Sancti Cypriani”, que bien podría tener como iglesia esta de San Cibrán.
Estamos delante de un antiguo templo de origen románico y planta basilical, esto es, basada en la basílica romana, con una nave principal y dos laterales secundarias, única en la comarca.
El arco triunfal, que separa el altar de la nave, luce un arco doblado de medio punto apoyado en una impuesta labrada en arista viva. Una estructura única de cinco arcos de medio punto separa el altar mayor de la nave y de las capillas laterales.
La nave, cubierta por una vistosa estructura de madera, se apoya en ménsulas y en hermosas columnas de sección cilíndrica de una única pieza magníficamente talladas en estilo dórico. A mayores se conserva una pila bautismal de copa simple, carente de decoración.
Una parte del exterior del templo, construido en la Edad Moderna, apunta tímidamente la un estilo barroco en elementos como la puerta acodillada del muro Sur. Con todo, la base románica de San Cibrao se evidencia en la torre-campanario o en la fachada principal, muy sobrio, pero de matriz claramente medieval, con dos arcos de medio punto –uno de ellos moldurado en bocel– protegidos por una chambrana y apoyados en una imposta.
El Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus Posesiones de Ultramar afirma que la iglesia de “San Ciprián de Viana” (…) “es muy antigua, mal construida, y es aneja de la de Sta. María de Pinza.” Con todo “el terreno es de buena calidad; le bañan en parte las aguas de dicho río Camba tomadas por medio de una presa”. En aquel tiempo San Cibrao tenía “30 vecinos” (cabezas de familia) y “136 almas” (habitantes).”
Pascual Madoz (1847)